Como ya me temía, las partes más divertidas de la semana de San Eustaquio (el reposo del jueves y la cena en chino con copas y Mamma Mía! del viernes) se han ido al garete (o al carajo) por cambios en el programa de los días precedentes en un caso y la falta de disponibilidad de los cómplices y/o acompañantes en el otro, así que esta noche iré a cenar con mi familia y mañana se desatará la vorágine de San Eustaquio, cuyo primer punto álgido se producirá cuando confluyamos en el mismo punto espacio-temporal (11.15 en el Melía Lebreros) el chófer (con su coche), nuestros dos fotógrafos (Javier y Cristina) y yo, corriendo como una loca desde la peluquería para ponerme el vestido (y todos sus complementos) y salir pitando para el Ayuntamiento.
En la Plaza Nueva el coche me dejará en el Hotel Inglaterra, al otro extremo de la plaza (el que quiera observar de cerca las vicisitudes de una tipa de 1,83 poco acostumbrada a los vestidos y a los zapatitos para salir de un coche con múltiples capas de gasa a cuestas mientras trata -probablemente sin éxito- de evitar la más que segura caída ya sabe dónde tiene que ir).
A las 12.30 comenzará el sarao bodorrístico, que dura una media hora (no está permitido tirar arroz, y no sabéis cuánto lo siento, porque me hacía especial ilusión que alguien, de certero disparo, me arañase e incluso me rompiese las gafas).
Después saldremos de allí y mi ya marido, el coche y los fotógrafos nos iremos a la Catedral y al barrio de Santa Cruz para enriquecer la cobertura gráfica del evento.
A las 14.30 empieza el lío en San Marco. Si el tiempo lo permite, que parece que sí, tomaremos en el jardín los aperitivos, haremos más fotos y sobre las 15.15 entraremos para el almuerzo en sí.
Por diversos motivos que no vienen al caso no habrá una lista de mesas y comensales, así que ya os diremos nosotros durante el aperitivo dónde os tenéis que sentar.
A eso de las 17.30, cuando hayamos devorado los aperitivos, los dos platos, la tarta (finalmente será de tiramisú), el café y alguna copa, el día de San Eustaquio tocará a su fin y nosotros nos retiraremos a nuestros aposentos, contentos, cansados y agradecidos porque nos hayáis acompañado en este día.
Me gustan las bodas! con su rentitín » ¡Que vivan los novios!… ¡y los padrinos!», su compasivo lanzamiento de ramo, su «¿Me presentas a tu prima, que por fin se ha puesto un vestido escotado?»… Te deseo que tengas un gran día. Y que te den 15 días en el curro para disfrutarlo como se merece!
Always love.
Por cierto, a punto de escribir la entrada final y no has comentado como fue la «pedida» :P, que es lo que dió un principio a este hermoso -y más raro que he visto nunca- BLOG.
PD1: Con 1,83 de altura un vestido sencillo es una buena elección!
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La verdad es que la boda fue muy bien. Sencilla, pero bonita. No hubo lanzamiento de ramo, pero si me tiraron arroz (que me entro hasta por el sujetador) a traicion. Gracias por tus buenos deseos (ahora si me puedes felicitar, jeje), y lo de los 15 dias es un gustazo que estamos aprovechando en NY.
Lo de la pedida fue, como todo lo que tiene que ver con nosotros, un poco raro. Ya lo contare cuando volvamos. Un beso.
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