Un soporte para el monitor con materiales de Ikea

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La altura del monitor puede ser un problema para quien trabaja (o disfruta, que no todo va a ser trabajar) con ordenadores. En las oficinas se suele solventar con un par (o los que sean precisos) de paquetes de folios, o quizás con esos tochos calzamesas que algunas empresas editan (vaya usted a saber por qué) y envían a otras empresas (tal vez forme parte de algún acuerdo secreto de intercambio de amasijos inútiles de papel con los que elevar los monitores de los empleados…). La densidad de este tipo de volúmenes en las redacciones de periódicos alcanzó niveles pandémicos en los gloriosos tiempos precrisis, antes de que se pinchasen las diversas burbujas empresariales, así que el asunto está resuelto durante dos o tres generaciones.

Para la oficina/redacción/puesto de trabajo en general lo de la pila de papel cumple su cometido, pero en el hogar es mejor afrontar el problema con algo más de estilo. Además, es posible que en algún momento se necesiten esos folios tomados prestados de la oficina (porque nadie se lleva a casa los tochos infumables; pesan demasiado…).

En el mercado existen multitud de soportes para elevar monitores y ordenadores, de diversas prestaciones, tipos, precios y estilos (o eso parece si se echa un vistazo rápido por unos cuantos vídeos de YouTube, que tampoco es preciso un estudio definitivo sobre el tema…). Pero con una tabla y unas patas se puede conseguir el mismo efecto y ahorrar algo de dinero por el camino.

Esta historia comienza hace unos meses, con una idea sugerida precisamente por un vídeo y con el hallazgo casual en la zona de liquidación del Ikea de una tabla de dimensiones apropiadas, buen precio (3 euros) y además muy mona. Con ella y unas patas del mismo Ikea fabricamos el soporte para mi ordenador de sobremesa, un todo en uno. Hace unos días fuimos a por los ingredientes para un par de soportes más, esta vez para mi compañero de hipoteca marido.

 

Lo curioso es que en la primera compra tomamos por una balda lo que es en realidad un frente de cajón para muebles de salón. Pero el caso es que como soporte va bastante bien, así que compramos dos, ese rosa de arriba y otro en gris claro (Lappviken, de 60×26 centímetros, 5 euros cada uno).

Para convertir esas tablas en soportes elevadores hay en el propio Ikea diversas opciones de patas. Nosotros nos decantamos por las Capita (el nombre ya le da muchos puntos a favor), de acero inoxidable y disponibles en dos alturas: 8 y 16 centímetros (vienen en paquetes de cuatro, por 8 y 10 euros, respectivamente).

 

Las tablas traen unos agujeros que no nos van a servir de mucho y, ya que hay que coger el taladro (o apretar mucho con un destornillador, si no se tiene uno), podemos aprovechar para poner las patas donde mejor nos parezca, justo al borde, algo más hacia el centro…

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Y una vez taladrado y atornillado todo, éste es el resultado:

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Mismo proceso para la otra balda/frente de cajón, el gris claro, con las patas más cortas:

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Y aquí, los dos soportes juntos, con sus diferentes alturas:

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El más alto cumple servicio en nuestro despacho/biblioteca como elevador de la impresora, liberando espacio en el escritorio:

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Al más bajito le ha tocado servir de soporte al monitor de mi marido, aunque a mí me gustaba para él más el rosa, la verdad…

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Por suerte está ahí la parte trasera de mi búho de peluche (puede que en otro momento le haga una foto a la parte delantera) para dar algo de color a la imagen, porque la verdad es que queda algo soso con tanto gris. Para la próxima personalización compraré materiales más coloridos, quiera él o no…

Un comentario en “Un soporte para el monitor con materiales de Ikea

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